domingo, 13 de septiembre de 2015

¡Qué cuadro de gatos!

Me encanta el arte, me encantan los gatos así que era cuestión de tiempo colgar esta entrada. 
Son muchas y variadas las pinturas del Arte universal donde aparecen felinos de cualquier raza haciendo de las suyas; pero obviando aquellas obras donde el gato tiene un papel secundario, he seleccionado sólo cuadros con gatos como protagonistas indiscutibles. Ahí va lo más granado que he encontrado... 



Zoroastro, el gatazo modelazo


La artista rusa Svetlana Petrova heredó de su madre a su gordito gato Zoroastro, y viéndolo tan pintoresco se le ocurrió introducirlo en las obras maestras de la pintura universal con resultados tan divertidos como estos. Los cuadros se venden en su web con precios que van de los 45$ a los 185$.


Arte egipcio- Tumba de Nebamun
Rosso Fiorentino - Gato Musical angelical


Botticelli- El nacimiento de Zoroastro
Miguel Ángel - La creación de Gat-Adán
Vermeer - La lechera del gato
Delacroix- Zoroastro guiando al pueblo
Klimt - El beso del gato
Edward Hopper - Gatito nocturno
Shepard Fairey- Vote

Gatos del Séptimo Arte

En esta misma línea de "colar" gatos en obras de arte archifamosas, está la artista británica Susan Herbert que en los años 90 publicó el libro Cats Gallery of Art (Thames and Hudson) que pronto se convirtió en un fenómeno editorial sin precedentes, así como uno de sus últimos trabajos Gatos de película. Sus cuadros de gatos están muy bien cotizados con precios que van desde las 800 libras hasta la friolera de 10.000 esterlinas (unos 13.500 eurazos).


Las meninas de Velázquez by Susan Herbert
La maja vestida de Goya by Susan Herbert
La muerte de Marat J.L. David by Susan Herbert
Sibila Délfica de Miguel Ángel by Susan Herbert

Personalmente, me encantan sus gatos de película. Son una obra maravillosa y logradísima tanto a nivel gráfico como cinematográfico. Nunca Fred Astaire estuvo tan atractivo...  
El graduado by Susan Herbert


Singing in the rain by Susan Herbert

Gone with the wind by Susan Herbert
Top Hat by Susan Herbert
The great dictator by Susan Herbert


Parodias gateras

Me gustó mucho el trabajo de Francisco Munguía, un costaricense que también ha parodiado en versión 2D, con perspectiva plana, aire näif y colores entre el fauvismo y el indigenismo tan resultones que me apetece hacerme con estos dibujos un vestido de verano. 

Munguía, cuadros famosos con gatos paródicos:
(Costa Rica, 1976)


Gatico americano, parodia de Gótico Americano de Grand Wood


Gatos callejeros, parodia de Niños pobres de Murillo


             La última cena (de pescado) de Da vinci 


Noche estrellada de gatos de Van Gogh 

El gato de Van Gogh
Van Gogh es algo así como "Yesterday" de The Beatles: el pintor más versionado, para bien o  para mal. El pintor norteamericano, Frank Sofo toma algunas de las obras más icónicas del loco del pelo rojo e introduce un gato con tal maestría que parece que el minino estaba ya en el cuadro original del holandés. En todas ellas, la protagonista felina es Verónica, su gata pelirroja a la que también ha dedicado una serie con cuadros de Monet. 



Noche de gato estrellado 

Verónica en campo de Iris 
Autorretrato de Verónica con pintor
Silla de una habitación de Arlés con Verónica

Grandes pintores de gatos

Aunque parezca que Instagram tiene la culpa, esta pasión por los gatos no es una moda nueva ni pasajera. Ya en el siglo XIX, los mininos aparecían en escenas domésticas de relax aburguesado. Normalmente en brazos de mujeres o jóvenes con un lado femenino bien acentuado. El impresionista francés P.A. Renoir dejó algunas joyitas gatunas para la posteridad como esta. 


Joven con gato -Renoir 

Pero fue en la Inglaterra de entre guerras cuando el pintor poco convencional Louis Wain se destacaría por sus gatos antropomórficos, fruto no sólo de su amor al felino sino de su esquizofrenia provocada por una toxoplasmosis mal tratada ya de adulto.   







¿Y tú qué miras, esquizo?

Otro grande no sólo por su arte sino por sus modelos, es el colombiano Fernando Botero, quien no contento con pintar bodegones burlescos de señores y señoras entrados en carnes, les añadió algún que otro gatito bien pasado de piensos. 








Artistas de a pie de gato 

El gato es una fuente inagotable de inspiración para los artistas por su porte, carácter y ese misterio que los convierte en musos esquivos más buscados que Wally. 
El ilustrador japonés
Makoto Muramatsu ha hecho de los gatos materia y concepto de su obra donde reproduce unos ejemplares que son para comérselos, muy al estilo del manga japonés: adorable, tierno y expresivo. Sus dibujos se han comercializado hasta la saciedad en postales, pósters y merchandising de todos los pelos. Y no me extraña: son espectaculares.













Otros gatitos que me han gustado bastante por su estética pop-art, de trazo gordo que recuerda al graffiti y al cómic, son los de el brasileño Romero Britto que además los hace en cerámica pintada. 







Una lectora de este blog me ha pasado otro artista gatero que no conocía: Braldt Bralds, holandés afincado en Nueva York, de fama reconocida como ilustrador de portadas tanto de libros como de revistas tan prestigiosas como Time, National Geographic o Rolling Stone.  

Sus cuadros de gatos tienen un cierto aire de bodegón posmoderno a medio camino entre fotografía y pintura.  

             




No sé si este post os habrá interesado, pero os he proporcionado unos fondos de pantalla estupendos... ¿o no?




lunes, 20 de abril de 2015

La historia de Edi, la Soleá: De la calle al apartamento

Edi, la gatita que vivía en el jardín de mi edificio, está ahora con nosotros después de su extraña desaparición hace un mes... 



Ya hablé sobre esta adorable gatita negra cuando conté la historia de Jaleo. Ignoro los detalles de su biografía pero los vecinos más antiguos coinciden en que lleva viviendo en la finca más o menos desde que se construyó allá por el 2007. Así que se le calculan unos 7 u 8 añitos a la criatura. 

Como nadie se ocupaba de ella y muchos la querían fuera, comía ratas y pájaros,o rebuscaba en los cubos de basura del garaje. Sorprendentemente, está castrada: nunca se quedó preñada en este tiempo y yo no la vi pasar nunca un celo. Lo que es una gran ventaja para ella, porque si hubiera procreado la habrían "hecho desaparecer" junto a su progenie. 


Cuando llegamos a MVD era invierno, julio de 2013, reparamos en ella porque maullaba todas las mañanas delante de la ventana del Sr. Fernández pidiendo el desayuno que él le daba encantado. Incluso la dejaba entrar en su casa, a la que accedía por la ventana con gran elegancia y suavidad. 




Y es que Edi es un amor: silenciosa, tranquila, cero agresiva, y cariñosísima cuando te ganas su confianza.
Yo me la gané poco a poco dándole de comer, hablándole bajito, mirándola a los ojos, acariciándola con mucho tacto y ella me correspondía dejándose coger en brazos, viniendo desde cualquier rincón del edificio cuando escuchaba mi voz, enseñándome la barriguita, restregándose en su "piscina de piedras" (una zona común donde solía tumbarse cuando yo estaba cerca) y ronroneando contra los barrotes del muro donde tenía su recipiente de agua frescay le daba la comidita
Cuando los vecinos se percataron de que mi devoción por la gata no era transitoria sino un compromiso serio, los más reacios empezaron a mirar para otro lado y los más afables, a adoptar una postura de aceptación incluso de cariño hacia ella. 




Pero la paz era muy frágil. Hace un par de meses mi vecino del bajo me llamó la atención porque la gata hacía sus necesidades en el garaje cerca de su plaza y además del olor, el suelo era un sembrado de heces frescas y rancias esparcidas al tuntún. Establecí pues la rutina de bajar todas las mañanas antes de las 9.30h a limpiar el garaje e improvisé un arenero en un lateral que le mostré a ella, aunque no pareció entender su utilidad. Cuál sería mi sorpresa cuando una mañana descubro que la gatita había utilizado las arenas y cubierto sus deposiciones con ellas. Una crack! En vista del éxito, mi vecino y su familia respetaron a la gata aunque obviamente no les gustaba. 
Y entonces, la rutina se quebró...


La desaparición de Edi

La mañana de 22 de marzo 2015 bajé -como cada día a las 9.20h- al garaje a limpiar sus deposición y subí al jardín a darle el desayuno. Pero Edi no estaba. No estaba por ninguna parte. Ese domingo nos lo pasamos mi marido y yo buscándola por las calles cercanas, pues la gata nunca recorría otros territorios. Ni rastro.

Dos días después, con el corazón roto, hice unos carteles con los que empapelé la calle entera, pues yo sospechaba que la había matado (sí, matado) alguien del edificio, pues la gata nunca salía de la finca.

Si me han visto, no se acuerdan...

Nada, ningún dato fiable, ninguna información fehaciente, excepto eso sí, una fuerte corriente de apoyo a través de las redes sociales y gran empatía por parte de algunas de mis vecinas y sus niños, que me conmovió hasta los cimientos. 

Ya la daba por muerta y malenterrada, cuando el sábado 4 de abril a eso de las 9.30h mi vecina Laura, llamó a mi puerta anunciándome contentísima que Edi había vuelto. ¡Habemus milagro! Con el pelo algo más sucio y una pérdida mínima de peso, allí estaba ella pidiendo comidita y mirándome a los ojos con afable reconocimiento.
Sin dudarlo, subimos a por la gatera y nos la llevamos ipso facto al veterinario. Aunque lloró todo el camino, se portó perfecto en la consulta y nos volvimos a casa con ella, sus medicinas, una camita nueva y muchas reservas respecto a la acogida que le daría nuestra matrona, FARRUCA de Galicia. 

¿Y tú de quién eres, mi negra?

Pero Edi se adaptó bárbaro: al llegar, inspeccionó mínimamente la casa dando muestras de gran respeto por Farruca. Ni se interesó por su comida, ni por sus arenas ni su cama manteniendo con sus territorios una distancia exquisitamente diplomática. Por supuesto, Farru en cuanto la olió, pues como está ciega no la ve, se puso como una hidra en celo. Pero Edi es anticonflictos y al primer rugido de la gata alfa, corrió al que supo era su cuarto y allí se quedó todo el día, exhausta por sus
inenarrables aventuras. 


Le pusimos un collar verde con cascabel para tenerla controlada, y al día siguiente de mañana la dejamos salir por la ventana a recorrer su nuevo territorio: las azoteas vecinas. La pobrecita, nacida en la asilvestrada libertad de la calle, quiere salir a pasear todos los días, y se pasa prácticamente desde que amanece hasta el atardecer tomando el sol en la azotea de al lado, entrando sólo para comer y beber. 



En estos 20 días de convivencia gatero-humana, hemos descubierto que es súper casera, le encantan la caricias y acurrucarse con nosotros en el sofá, tumbarse en su "gata-manta" del cuarto de invitados y en definitiva, vivir tranquila. 



Ahora nuestra única preocupación es mejorar su relación con Farruca, con la que está protagonizando una versión felina de "No me chilles que no te veo"Farruca maullá como una posesa cuando la huele cerca y Edi llora y corre a esconderse aterrorizada por la gatamonstrua hostil. Pero, confiamos en que el tiempo pondrá a cada una en su lugar con amor y buena compañía. Por de pronto, ella a vivir que son dos días... 

Desde que descubrí los cojines, me siento de cine