martes, 19 de noviembre de 2013

Gatos de cine IV: Gatos muy espaciales

Gatos de ciencia-ficción

La cuarta entrega de gatos de cine va de espacio (que no despacio). Algunos gatitos han saltado la estratosfera triunfando hasta el infinito y más allá. Estas son algunas películas de ciencia-ficción con gatos que he encontrado googleando





Orión: el europeo bicolor de Men in Black I

El agente K (Tommy Lee Jones) y el agente J (Will Smith) pertenecen a la organización secreta Men in black encargada de perseguir y exterminar la vida alienígena en la Tierra a fogonazo anestésico y amnésico limpio. En esta misión deben recuperar un extraño colgante que lleva Orión, un gato pelirrojo y peligroso. El colgante encierra un importante secreto extraterrestre que Orión, en calidad de guardián, defenderá con uñas, bufidos y dientes.

Will, ¿me llevas a Marte de escapada?



Baldomero o Mr. Bigglesworth: el Sphinx de Austin Powers

Este gato tiene dos vidas: una de gloria, hermosura y pelo de persa blanco, y otra como un gato pelado, catástrofe que le sucede al entrar en un invento maligno con su amo. Esta segunda vida de pelón está interpretada por un sphinx, raza de gatos sin pelo que hace una buenísima pareja con su dueño: el Dr. Maligno, archienemigo del espía que me achuchó, Austin Powers. Siempre en su regazo y amado como un hijo, despierta los celos e ira de Mini Yo, que le considera su gran rival en el amor de su papi. 

Yo soy un calvo porque mi amo me ha hecho así



Jones: el atigrado pelirrojo de Alien, el octavo pasajero

Jonesy, para los amigos, es la mascota de Nostromo, y junto a la Teniente Ripley los únicos supervivientes de los ataques letales del alien que se ha colado en su nave de regreso a la Tierra. Aunque parecía que había mucha química entre ellos, Sigourney Weaver tuvo reacciones alérgicas cutáneas al rodar junto al gato. Bueno, gatos pues fueron cuatro los que interpretaban a Jones. Pero en realidad su alergia era provocada por un maquillaje y no por los felinos que hicieron un tremendo papel. Para la escena en la que Jonesy se encara con el monstruo, le bufa, retrocede y se eriza, usaron un pastor alemán dentro de una trampilla que se abría cuando aparecía el Alien. Jonesy es un gato terrestre y un perro es más peligroso para él que la criatura de Giger. Gracias, que Ripley velaba por él...


Jonesy, qué suerte tienes con esta teniente



Jake: el abisinio de El gato que vino del espacio 

Película de Disney de 1977, en la que un gato que pilota una nave espacial hace un aterrizaje de emergencia en una granja. A través de su collar luminoso, Jake se comunica telepática y oralmente con los humanos, ya que necesita su ayuda para contactar con los suyos. Obviamente, el ejército y el gobierno de los Estados Unidos no quiere soltar semejante regalo del cielo, ya que Jake tiene poderes tan útiles como ganar apuestas en las carreras, trucar eventos deportivos y volar en moto huyendo del ejército. Parece que esta escena inspiró a Spielberg para la bici voladora en E.T. 


Este collar me alucina... 


Spot: la pelirroja de pelo largo de Star Trek, la nueva generación

Spot es la adorada gata color miel del tripulante casi humano de la Enterprise: el androide Data. Spot tiene un gran papel en cuatro episodios de la serie, el primero en el capítulo "Data's Day", y en dos películas, Star Trek VII: la próxima generación (1994) y Star Trek X: Némesis (2002). La relación entre Data y Spot se va haciendo cada vez más estrecha y amistosa, y el androide pasa del estudio y la curiosidad por su gato hasta la devoción y la emoción hecha lágrimas, transformándose así de máquina en humano por amor felino. Amor que Data deja plasmado para la posteridad en su poema Oda a Spot


El que no llore por un gato, no es humano



Titán y Atlas: los europeos bicolor de Cats in Space 

Este corto de Robert & James Dastoli (2012) escenifica en nave espacial la tradicional persecución entre el ratón y el gato. Titán y Altas son dos gatitos monísimos con sus escafandras espaciales que no sé cómo se prestaron para semejante movida. Quizá los pantallazos de ratones blancos les motivaron a posar o hubo algún premio de pescadito seco y mousse de atún al final de cada toma (del corto).




Por desgracia, no todos los gatos espaciales son pura ficción. Félicette, una gata callejera de París, fue elegida entre otros 13 mininos infelices para ser lanzada al espacio. Otro gato, Félix, también fue seleccionado para la misión pero se escapó a tiempo. El despegue se realizó en una estrecha cápsula acoplada al cohete Veronique 47 desde una base de Argelia el 18 de octubre de 1963. Con electrodos implantados en su cerebro (tras una operación de 10 horas) y a 130 millas de altitud, la cápsula de Félicette se separó del cohete y tomó tierra en paracaídas "felizmente" con la gatita magullada pero viva y coleando.


Félicette es la blanca y negra de la izquierda y Félix, el que está encima


Meses después pusieron en órbita a otro infeliz minino, que murió poco después de despegar por una explosión en el motor del cohete. Las protectoras de animales francesas pusieron el grito en todos los cielos y Francia suspendió el lanzamiento de gatitos callejeros al espacio. 
Así somos los humanos: jugamos con la vida animal como no lo haríamos con la nuestra. Y hablando de juegos, aquí dejo una nota de humor y amor al cine de ciencia-ficción de la mano y de la pata de gatitos jedi. 




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